domingo, 13 de abril de 2014

Tubos, la base para los dedos

Bueno, hasta ahora he subido un par de entradas, pero sin documentar el proceso para hacer los tubos de cobre a partir de los cuales fabrico los dedos.

Comienzo con una lámina de cobre (las venden en librerías), que corto con un cuchillo cartonero del tamaño adecuado según el diámetro aproximado que deberá tener cada falange en relación a mis dedos. Luego estaño una pequeña franja de entre 1 y 2 mm en los bordes longitudinales opuestos de cada pieza, para que al enrollar el trozo de cobre las franjas con estaño se encuentren y faciliten la unión.

Para enrollar los tubos, los envuelvo alrededor de una forma cilíndrica del diámetro requerido (o que se acerque bastante), para obtener la forma con menos fallas posible. Para esto me ayudo con un alicate de pinzan(de punta) curva sin estrías, queda bastante bien (una vez que se tiene algo de práctica).


Una vez enrollado, lo mantengo sobre el cilindro que usé para darle forma y lo sujeto con un par de pinzas montadas en una base para tener ambas manos desocupadas, luego de lo cual procedo a soldar aplicando calor con el cautín y rellenando ligeramente con algo de estaño.





Las distintas fases del proceso


Aquí hay una foto para comparar uno de los primeros tubos que hice hace unas semanas con los dos que logré fabricar hoy, bastante más delgados y con mejor aspecto.
Lo que se ve arriba a la izquierda es un trozo de alambre de cobre de 1,5 mm sin la aislación.

El proceso es algo lento y lleva tiempo, pero al menos los tubos resultantes (los de ahora, al menos) son de calidad aceptable, y el disponer de diversos objetos cilíndricos me permitirá disponer de varios diámetros para fabricar cada dedo con la mayor exactitud posible en cuanto a escala, y por lo menos que se diferencien bien los unos de otros.


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